Dentro de la vasta riqueza literaria de temas guadalupanos, llama la atención esta pieza a la que tal vez podríamos llamar un “códice guadalupano del siglo XVIII”. Se trata de un romance mudo compuesto en 1784 por Manuel Quirós Campo Sagrado, poeta de grandes aptitudes cuya pluma especialmente diestra en las exigencias métricas, se dedicó a honrar a María de Guadalupe.