Las políticas de la sensación se orientan a controlar, en sus más hondos fundamentos, el cuerpo y su capacidad de percibir la materia del mundo. Tener el control sobre lo que sienten las personas es la máxima aspiración del poder y de sus aparatos administrativos: que la gente misma acepte en su interior cuales sensaciones le están permitidas y cuales prohibidas. La sensación es crucial en los procesos de supervivencia y reproducción de la especie, así como en la repetición y continuidad de la cultura, con sus componentes rituales o simbólicos, en especial los que atañen al arte, que es un medio privilegiado para ampliar la sensibilidad.
Este libro trata de eso: de cómo el poder y el cuerpo establecen relaciones en las que se configuran las políticas de la sensación a la vista de la tecnología, el capital, el malestar en la cultura y la formación de lo humano; y, en otra vertiente, trata del cuerpo como juguete, como desnudez y deseo.
Peso | 160 g |
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Dimensiones | 17 × 23 cm |
Autores | |
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Edición | diciembre 2020 |
Encuadernación | rústica |
Páginas | 140 |